martes, 14 de junio de 2011

C E R N

Uno de los asuntos a los que se dedica el CERN es a intentar aclarar por qué algunas partículas tienen masa, un asunto que preocupa a los físicos desde hace décadas. La clave del enigma se cree que reside en el bosón de Higgs, una particúla subatómica propuesta por el físico británico Peter Higgs en 1964.
En el LHC, situado a 100 metros de profundidad bajo la frontera franco-suiza, haces de protones son acelerados a velocidades cercanas a la de la luz en un anillo de 27 km de diámetro. Circulando en sentido opuesto, los protones entran en colisión a temperaturas muy elevadas (hasta 100.000 veces la del Sol). El objetivo es recrear las condiciones de energía intensa de las primeras fracciones de segundos después del Big Bang, hace 13.700 millones de años.
Explicar la materia oscura
Otros enigmas distintos al del bosón de Higgs siguen pendientes. La materia conocida sólo representa 4% del contenido del universo. Los físicos buscan partículas que puedan explicar la «materia oscura», que constituiría el 23% del universo. El resto se atribuye a una «energía oscura» también desconocida
En diciembre de 1997 se demostró que la expansión del universo se está acelerando, causado por el empuje de la denominada energía oscura, concepto propuesto por Albert Einstein y nombrado por el cosmólogo Michael Turner. El llamado «modelo de concordancia» del universo, establecida por el físico teórico Robert J. Scherrer, dice que en él hay un 5% de materia ordinaria, de la que estamos hechos nosotros, planetas y estrellas; un 25% es materia oscura y, finalmente, un 70%, energía oscura.
Los científicos diferencian entre materia oscura y energía oscura porque parecen comportarse de manera diferente. La materia oscura parece tener masa y formar acumulaciones gigantescas. De hecho, los cosmólogos calculan que la atracción gravitatoria de estas acumulaciones jugaba un papel principal para que la materia ordinaria formara las galaxias. Por contraste, la energía oscura parece no tener masa y distribuirse uniformemente por todo el espacio, donde actúa como una especie de anti-gravedad, una fuerza repulsora que está desgarrando el universo
Según Weiler y Ho, los singletes de Higgs podrían tener la capacidad de saltar a una dimensión extra del espacio y moverse hacia adelante o hacia atrás en el tiempo, reapareciendo de nuevo en nuestro espacio ordinario en el pasado o en el futuro. Este tipo de eventos evitarían las paradojas que normalmente están asociadas con los viajes en el tiempo. Se evitaría por ejemplo la contradicción lógica que supone que alguien pudiera viajar a atrás en el tiempo y matar a su abuelo siendo éste niño, evitando así su propia existencia y el propio viaje en el tiempo. En este caso el viaje en el tiempo estaría limitado sólo a ciertas partículas y no se podrían enviar humanos al pasado al estar hechos de partículas corrientes. Según Weiler, aún así se podrían enviar mensajes al pasado o al futuro (con la inevitable aparición de paradojas que Weiler no parece ver).
Al  bosón de Higgs se le llama Partícula de Dios porque se considera que sería el punto de inicio de todo el universo.Es decir,la partícula o célula madre de la materia..Con ella se podría producir materia del universo y así no habría problema con los viajes espaciales,etc.porque se iría obtenéndo constantemente 

domingo, 5 de junio de 2011

La estrella Sirio y misterios de los Dogon.


La estrella Sirius
(Sirio, α Canis Majoris)
(del Latín Sirius, del Griego Seirios, que significa abrasador, ardiente)
 
Forma parte de la constelación Canis Majoris, una constelación del Hemisferio Sur Celeste
La estrella más brillante del firmamento se encuentra "solamente" a 8,6 años luz de la Tierra.
Se puede localizar fácilmente, trazando una linea imajinaria que pasa por las tres estrellas del Cinturón de Orión, esta brillante estrella destaca sobre todas las demás.
Las dos constelaciones Canis Majoris and Canis Minoris situadas a ambos lados de la constelación de Orión representaban, según la Mitología Griega, los dos perros del gran cazador Orión.

EL MISTERIO DE LOS DOGONES
Uno de los más importantes misterios de la antigüedad es la existencia de un pueblo que ha mantenido durante siglos un conocimiento complejo sobre el universo, en especial de la existencia de la estrella sirio de donde supuestamente vendría una civilización altamente desarrollada que los contacto en el pasado.
El pueblo o Tribu Dogon habita en la republica de Malí, -país africano situado en la frontera del Sahara con las sabanas de África Occidental, y a unos 1.500 kilómetros del Atlántico- específicamente en la meseta de Bandiagara y los Montes Homburí


La mayoría de los dogones practican una religión animista. En ella se adora a los ancestros y a una serie de espíritus y divinidades. Entre ellos destacan Amma, dios celeste creador del universo, Dyongo, primer ser humano en morir, que da lugar al culto Awa a la muerte; Lebe, la diosa tierra, que tiene un santuario en cada aldea y un sacerdote, el hogon, que se encarga del mantenimiento y los rituales, y Binu, uno de los cuatro gemelos primordiales. Durante el acto de la creación, Amma coloca las semillas de dos gemelos andróginos, uno de los cuales escapa y crea el caos; para restaurar el orden, Amma sacrifica al otro gemelo, Nommo. De su sangre nacen los astros, los animales y las plantas comestibles. Amma envía los restos de Nommo, a la tierra, y donde cae un pedazo, se funda un santuario binu. Junto con Nommo vienen las cuatro parejas de gemelos que darán origen a la humanidad. Uno de ellos es Binu, y Nommo lo va a utilizar para enseñar a los seres humanos el arte de hablar
En 1931 el antropólogo francés Marcel Griaule visitó por primera vez a esta tribu, descubriendo que en sus tradiciones más sagradas y secretas se hablaba de una estrella compañera de Sirio, a la que llamaban Po Tolo, y de la que sabían que tarda cincuenta años en completar una órbita en torno a ésta y que, además, es extraordinariamente densa, lo que es rigurosamente cierto. Por si esto fuera poco, los dogones sabían de la existencia una tercera estrella a la que llaman Emme Ya (y que corresponde a la recién descubierta Sirio C), de la que dicen es "cuatro veces más ligera que Po Tolo aunque que tarda el mismo tiempo que ésta en completar su órbita alrededor de Sirio A.